EDITOR DE ESPAÑOL – ÁLVARO ARCIA
ORIGINALLY PRINTED ON APRIL 6, 2023
Glaucoma es un conjunto de enfermedades que afectan el ojo debido al deterioro del nervio óptico de este órgano. Este padecimiento engloba hasta 60 enfermedades oculares que pueden ocasionar la ceguera del paciente, producto de una degeneración progresiva del nervio ocular. El glaucoma no presenta síntomas o señales que indiquen el desarrollo de esta enfermedad en su etapa temprana. Generalmente, las personas no son conscientes del gran peligro y gravedad que representa ya que esta enfermedad puede aparecer a cualquier edad en las personas, pero es más frecuente en adultos mayores. Se trata de una de las principales causas de ceguera en personas mayores de 60 años. Desde el 2008, la Asociación Mundial del Glaucoma (WGA) y la Asociación Mundial de Pacientes de Glaucoma (WGPA) estableció que cada 12 de Marzo se celebraría la efeméride del Día Mundial Contra el Glaucoma para sensibilizar a las personas sobre la importancia de la detección temprana de esta enfermedad ocular.
El trastorno, ahora definido como glaucoma, fue documentado por primera vez por los antiguos griegos en el año 400 a. C. Este se mencionó por primera vez en los escritos hipocráticos como una enfermedad que causa ceguera y que ocurre con mayor frecuencia en los ancianos. La descripción decía “que una vez que la pupila tiene el color del mar, la vista se destruye y, a menudo, encontrará que el otro ojo también está ciego”. Se cree que esta afección probablemente incluía varias afecciones que amenazaba la vista, incluidas cataratas y queratitis, además del glaucoma. La opacificación de la córnea o el cristalino que resulta en una decoloración aparente del ojo habría hecho que la afección fuera reconocible sin tecnología oftalmoscópica o de lámpara de hendidura. Es muy probable que el único tipo de glaucoma reconocido en la antigüedad fuera el glaucoma agudo sintomático y que el edema corneal asociado hiciera que el trastorno se agrupara junto con otras afecciones como las cataratas.
De acuerdo con los expertos de la Fundación de Investigación sobre el Glaucoma, “se calcula que más de 2.2 millones de personas en los Estados Unidos tienen glaucoma, pero solo la mitad sabe que lo tiene”. Estas son cifras preocupantes ya que, en el caso del glaucoma de ángulo abierto, es decir, la forma más frecuente de esta enfermedad, prácticamente no existen síntomas. Generalmente, no se asocia ningún tipo de dolor al aumento de la presión ocular. La pérdida de la visión comienza con la visión periférica o lateral. Es posible que, de manera inconsciente, o casi instintivamente, compense esta pérdida moviendo la cabeza hacia los lados, y podría no advertir nada hasta que la pérdida de la visión sea significativa o en un grado extremo . Todos los individuos corren al menos un riesgo bajo de desarrollar glaucoma, desde bebés hasta individuos de edad avanzada. Las personas de edad avanzada presentan un mayor riesgo de desarrollar glaucoma, pero los bebés pueden nacer con glaucoma, los cuales son aproximadamente 1 de cada 10,000 bebés nacidos en los Estados Unidos. La estudiante de segundo año de Finanzas de la Universidad de St. Mary’s, Ariette Aragón, nos comenta un poco de su experiencia personal con esta esta enfermedad ya que su abuelo padece de ceguera debido al glaucoma. “El glaucoma es una enfermedad que ha afectado a mi abuelo durante varios años hasta ahora, y es una lástima que su enfermedad no fue diagnosticada a una temprana etapa ya que el nunca pensó que padecería de ceguera. Por eso, pienso firmemente que el chequeo regular con el oftalmólogo es muy importante para evitar perder la visión, y asimismo, debemos de concientizar más a las personas de sus consecuencias.
La mejor manera de proteger la visión del glaucoma es sometiéndose a examen oftalmológico. El glaucoma no tiene cura y no es posible recuperar la visión perdida. Con medicación y/o cirugía, es posible detener la pérdida adicional de la visión. El propósito del Dia Mundial del Glaucoma es muy claro y relevante, y no se debe hacer caso omiso a las recomendaciones de los oftalmólogos de hacerse un chequeo de nuestros ojos regularmente.