GUADALUPE ARÉVALO NEYRA- EDITORA DE LA SECCION DE ESPAÑOL ORIGINALLY PUBLISHED JAN 31 2024
La gitanilla es una novela corta escrita por Miguel de Cervantes Saavedra, padre de la literatura española, que ejemplifica muy bien el contexto de la época al mostrar la percepción que tenían los españoles de los gitanos y ofrece una amena e interesante historia.
Esta obra nos habla sobre Preciosa, una muchacha de alcurnia que fue criada por gitanos, luego de ser raptada de su hogar, y gracias a los cuales aprende el arte del baile, del canto, del misticismo y del hurto, aunque desde el inicio Preciosa es descrita como diferente y superior a las demás gitanas tanto en talento e inteligencia, como belleza y virtud, cualidades que le valen el amor de numerosos caballeros y la admiración de cuantos la ven.
El centro de la historia, sin embargo, se da con la aparición y declaración de Don Juan, un noble caballero que quedó embelesado por la belleza de Preciosa y decide proponerle matrimonio y ofrecerle sus riquezas y títulos para ganar su corazón.
A esto, la gitana responde con caución y le habla dejando en claro que ella no se puede comprar puesto que no es objeto de deseo, y que no se dejará querer salvo bajo el lazo del matrimonio, para lo cual pone una serie de condiciones a su pretendiente.
“Primero tengo de saber si sois el que decís; luego, hallando esta verdad, habéis de dejar la casa de vuestros padres y la habéis de trocar con nuestros ranchos; y, tomando el traje de gitano, habéis de cursar dos años en nuestras escuelas, en el cual tiempo me satisfaré yo de vuestra condición, y vos de la mía; al cabo del cual, si vos os contentáredes de mí, y yo de vos, me entregaré por vuestra esposa” (27).
Condiciones que, tras un momento de cavilación, Don Juan acepta, y así su tiempo juntos da inicio dando paso a la aventura que “transforma” al caballero en gitano y hace a Preciosa descubrir su verdadera identidad como Constanza de Azevedo y de Meneses.
La historia en sí constituye un entretenido relato que atrapa la atención del lector con su ágil prosa e ingeniosas rimas o coplas, esparcidas a lo largo de la lectura, que hacen que sea sencillo acabarlo de una sola sentada.
No obstante, es interesante analizar la manera en que Cervantes describe a los gitanos.
Si prestamos atención no solo a las descripciones de los gitanos ofrecidas por el autor dentro del texto sino también a cómo se contrastan los roles de los personajes, podemos observar, por ejemplo, que solo dos gitanos son descritos como nobles a través de la obra.
La primera es la gitanilla en sí, la cual resulta nunca fue gitana, dado que sus padres eran nobles, y el segundo es el gitano que sin-nombre ayuda a Juan a resguardar a un hombre herido, y a quien no se le vuelve a mencionar en el resto de la obra.
Aunque Cervantes no demoniza a los gitanos, tampoco los presenta bajo una buena luz.
“Parece que los gitanos y gitanas solamente nacieron en el mundo para ser ladrones: nacen de padres ladrones, críanse con ladrones, estudian para ladrones y, finalmente, salen con ser ladrones corrientes y molientes a todo ruedo; y la gana del hurtar y el hurtar son en ellos como accidentes inseparables, que no se quitan sino con la muerte,” son las primeras líneas de esta obra y resumen perfectamente la manera en que los retrata a través de esta novela.
Esta percepción de los gitanos armoniza con el sentimiento popular de la época y el consiguiente trato que se les daba.
Un claro ejemplo es el famoso decreto dado por los Reyes Católicos en 1499 que obligaba a los gitanos a dejar el estilo de vida nómada o enfrentar expulsión del reino.
Esta obra ofrece una agradable y enganchante trama, que se enriquece al ubicar la obra en su contexto histórico y analizar los prejuicios y suposiciones del autor, tarea que cualquier lector es invitado a embarcar y que encontrará bastante gratificante.